Enrique Alcat nos muestra en ¡Influye! la importancia que tienen las habilidades de comunicación (la herramienta más poderosa para ejercer influencia) para nuestro desarrollo personal.
La comunicación, para que sea efectiva, no se improvisa. Se prepara. ¿Qué factores incrementan el éxito?
Pues, por ejemplo, las personas empáticas influyen más y mejor porque saben que para llegar a lo más complicado de las personas, el cerebro, antes tienen que pasar por el tamiz de los sentimientos, del corazón y de las emociones.
La capacidad de influencia tiene mucho que ver con la propia reputación y con lo que los demás piensan de uno.
Debemos tener la capacidad de llegar a los demás siendo diferente, único, y lo más importante, aportando valor. Nuestra "oferta" tal vez no sea la mejor, pero debemos conseguir que los otros piensen que es así. El secreto radica en prepararse muy bien, cuidar los detalles y pensar en los beneficios que van a obtener los demás si nos "eligen".
Una de las claves para influir es la de transmitir seguridad donde otros vean incertidumbre. Los líderes influyentes son seguros: mantienen siempre aplomo y contundencia al hablar y eso hace que inspiren respeto en los demás. Además, son claros, breves y concisos al hablar, algo que se consigue con mucha preparación previa, que incluye la escritura de los objetivos de lo que se desea transmitir.
Finalmente, otra de las claves fundamentales: la serenidad. La precipitación o la pérdida de calma interior es el principio del fin de la influencia.
Con estas pautas, estamos listos para practicar y poner en marcha nuestra influencia para conseguir los objetivos que buscamos.
Un último consejo: escríbelos.
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